th.Hoy es el cumpleaños de Mark, pero la falta de voces festivas lo sume en una profunda tristeza.

Hoy es el cumpleaños de Mark, un día que solía estar lleno de risas, abrazos y el cálido murmullo de familiares y amigos reunidos para celebrar. Sin embargo, este año es diferente. La ausencia de voces festivas y el silencio de su hogar se sienten como un peso abrumador en su corazón.

Mark se despierta temprano, con la esperanza de que tal vez las primeras horas del día traigan algún tipo de alegría o sorpresa. Se levanta de la cama y se dirige a la cocina, donde encuentra un pastel que él mismo preparó la noche anterior. Las velas permanecen sin encender, y el silencio en la casa es ensordecedor. Cada rincón le recuerda la soledad que siente, amplificada por la falta de compañía.

Durante años, sus cumpleaños habían sido momentos de celebración y unión. Recordaba cómo su madre siempre hacía su pastel favorito y sus amigos lo sorprendían con visitas inesperadas. Pero este año, todo ha cambiado. Las circunstancias de la vida, la distancia y quizás algunas relaciones que se han enfriado, han dejado un vacío que ni siquiera las llamadas telefónicas o los mensajes de texto pueden llenar.

Decide salir a caminar para despejar su mente. El parque cercano, que usualmente está lleno de vida y actividad, parece extrañamente tranquilo. Los bancos vacíos y los caminos desiertos reflejan su estado de ánimo. Se sienta en uno de los bancos y observa a lo lejos, perdiéndose en sus pensamientos. La falta de voces festivas y de compañía humana hace que cada minuto pase lentamente, y la tristeza lo invade aún más.

A lo largo del día, intenta distraerse con diferentes actividades. Lee un libro, mira una película, y trata de enfocarse en sus hobbies, pero nada parece funcionar. La tristeza persiste, recordándole constantemente la ausencia de las personas que alguna vez llenaron su vida de alegría.

Finalmente, al caer la noche, Mark se da cuenta de que aunque este cumpleaños ha sido solitario, aún puede encontrar consuelo en los recuerdos de tiempos felices y en la esperanza de que en el futuro, los ecos de voces festivas y risas volverán a llenar su hogar.